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Conducir a los 65: seguridad y respeto en la carretera

Conducir a los 65:  seguridad y respeto en la carretera

El código de circulación dispone que los requisitos necesarios para renovar el permiso de conducción son los mismos para todos los conductores, salvo por una excepción: las personas con una edad superior a los 65 años. Una vez que hemos superado este límite, deberemos renovar nuestro carné cada cinco años, y no cada cada diez, como hemos venido haciendo habitualmente. ¿El motivo? Con el paso de los años, las aptitudes de un conductor pueden disminuir y, en algunos casos, exponerle a él y a los que le rodean a sufrir percances en la carretera. De hecho, son muchos los conductores que identifican a los ancianos como uno de los peores conductores con los que podemos encontrarnos, alegando que estos tienden a conducir demasiado despacio o a maniobrar de manera imprecisa e imprevisible.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que dejar de coger el coche no solo supondría un enorme problema de movilidad para los más de dos millones de conductores que en nuestro país tienen más de 65 años, sino que además el dejar de conducir se traduce, en muchos casos, en un duro golpe emocional. Si bien es cierto que, tal y como indican las estadísticas, los ancianos sufren más accidentes por kilómetro recorrido que el resto de conductores, es importante contar con que cada persona experimenta los cambios de la vejez de manera distinta, y que el empeoramiento de las condiciones de visión y audición, los problemas de orientación y la disminución de las capacidades para comprender señales, aparcar o circular en línea recta avienen de distinto modo en cada conductor. Igualmente, el test psicotécnico y la prueba médica obligatorias para renovar el permiso de conducir tienen como objetivo evaluar estas destrezas.
Por otra parte, existen una serie de hábitos y precauciones que pueden ayudar de manera importante a nuestros conductores más veteranos: conducir preferiblemente de día y a través de rutas en buen estado, realizar desplazamientos cortos o con pausas, evitar comidas copiosas antes de coger el coche, revistar la medicación para asegurarnos de que ninguna de las pastillas que tomamos interfieren en la conducción… Además, viajar con un copiloto y solicitar su consejo y ayuda para leer señales puede facilitar la conducción de manera importante.
 

El código de circulación dispone que los requisitos necesarios para renovar el permiso de conducción son los mismos para todos los conductores, salvo por una excepción: las personas con una edad superior a los 65 años. Una vez que hemos superado este límite, deberemos renovar nuestro carné cada cinco años, y no cada cada diez, como hemos venido haciendo habitualmente. ¿El motivo? Con el paso de los años, las aptitudes de un conductor pueden disminuir y, en algunos casos, exponerle a él y a los que le rodean a sufrir percances en la carretera. De hecho, son muchos los conductores que identifican a los ancianos como uno de los peores conductores con los que podemos encontrarnos, alegando que estos tienden a conducir demasiado despacio o a maniobrar de manera imprecisa e imprevisible.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que dejar de coger el coche no solo supondría un enorme problema de movilidad para los más de dos millones de conductores que en nuestro país tienen más de 65 años, sino que además el dejar de conducir se traduce, en muchos casos, en un duro golpe emocional. Si bien es cierto que, tal y como indican las estadísticas, los ancianos sufren más accidentes por kilómetro recorrido que el resto de conductores, es importante contar con que cada persona experimenta los cambios de la vejez de manera distinta, y que el empeoramiento de las condiciones de visión y audición, los problemas de orientación y la disminución de las capacidades para comprender señales, aparcar o circular en línea recta avienen de distinto modo en cada conductor. Igualmente, el test psicotécnico y la prueba médica obligatorias para renovar el permiso de conducir tienen como objetivo evaluar estas destrezas.
Por otra parte, existen una serie de hábitos y precauciones que pueden ayudar de manera importante a nuestros conductores más veteranos: conducir preferiblemente de día y a través de rutas en buen estado, realizar desplazamientos cortos o con pausas, evitar comidas copiosas antes de coger el coche, revistar la medicación para asegurarnos de que ninguna de las pastillas que tomamos interfieren en la conducción… Además, viajar con un copiloto y solicitar su consejo y ayuda para leer señales puede facilitar la conducción de manera importante.
 

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